El histórico entrenador, símbolo del futbol nacional y recordado por su inconfundible boina, deja un legado imborrable en el balompié mexicano.

El futbol mexicano está de luto. Este sábado se confirmó el fallecimiento de Manuel Lapuente Díaz, exfutbolista y técnico que marcó una época en el balompié nacional, a los 81 años de edad. Su partida deja un enorme vacío en la historia del deporte mexicano, donde su nombre quedó grabado con letras de oro.

Lapuente, reconocido por su elegancia y su inseparable boina, fue mucho más que un estratega: fue un líder que supo construir equipos competitivos, disciplinados y con identidad. A lo largo de su carrera como director técnico, consiguió múltiples campeonatos que lo colocaron entre los más ganadores del futbol mexicano.

TRAYECTORIA COMO DT

En el Club Puebla, llevó a los “Camoteros” a dos títulos de Liga, consolidando una de las etapas más exitosas en la historia del conjunto poblano. Más tarde, al frente del Necaxa, repitió la hazaña con dos campeonatos más, formando equipos memorables que marcaron la década de los noventa.

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Más tarde, al frente del Necaxa, repitió la hazaña con dos campeonatos más, formando equipos memorables que marcaron la década de los noventa. Finalmente, en el América, levantó un título que reafirmó su prestigio como uno de los entrenadores más respetados del país.

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Además, Lapuente tuvo la oportunidad de dirigir a la Selección Mexicana, incluyendo su participación en la Copa del Mundo de Francia 1998, donde el “Tri” dejó una grata impresión bajo su mando.

Su estilo exigente, su conocimiento táctico y su carácter firme lo convirtieron en un referente para varias generaciones de futbolistas y entrenadores. Hoy, el futbol mexicano despide a una leyenda, a un hombre que dedicó su vida a este deporte y que será recordado por siempre como uno de los grandes arquitectos del éxito en las canchas nacionales.

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